La vida de Kate Brown ha ido cuesta abajo rápidamente. Su padre ha dejado
su trabajo para vender vitaminas en el centro comercial, y Kate es obligada a
trabajar con él. Su mejor amiga se ha hecho popular, y actúa como que Kate es
invisible.
Y entonces esta Will. El magnífico, inalcanzable Will, quien Kate finge que
no puede aguantar aun cuando no puede parar de pensar en él. Y cuando Will
comienza a actuar interesado, Kate se odia a si misma por quererlo incluso
cuando sabe que ella es solo su última conquista.
Kate imagina que de la única manera que las cosas dejen de doler es si ella
sigue y deja de preocuparse de todos y todo. Lo que ella no comprende es que la
vida no siempre puede ser perfecta, buenas cosas pueden suceder… pero solo si
ella las deja.
“No es que quedara mucho por arruinar, pero, aun así. Sé que culpar a las vitaminas por mi horrible vida suena extraño. Después de todo, se supone que las vitaminas mantienen a las personas saludables. Además, son objetos inanimados. Pero gracias a ellos me quedé atrapado en el Jackson Center Mall viendo a mi padre correr disfrazado de abeja.”
Desde un principio Kate dice que su vida esta arruinada por las vitaminas que vende su padre, todos los acontecimientos lo vemos a través de los ojos de una adolescente dramática de 16 años.
Este libro es perfecto para una lectura rápida de verano, la historia es tan cheesy y a la vez tan real que no importa a que edad o en que circunstancias lo leas, logras conectar. El romance es muy característico de las historias de Elizabeth Scott, así como protagonistas que pasan por situaciones de cambio o tristes, pero al final logran el cometido que no es conseguir al chico, sino que vivir libres y felices.
Los personajes como Will y la abuela de Kate son los que
realmente le dan vida al libro, debido a que Kate está sumida bajo la depresión
de perder a su mejor amiga, Anna, quien al volverse popular ha dejado de lado a
Kate. Los múltiples encuentros con Will, quien es un amor de personaje, y las
frases de vida de la abuela vuelve a este libro adaptable y divertido.
Y debo agregar, Kate y Will representa a una pareja un
poco torpe, pero tierna, ambos están atravesando la etapa del enamoramiento, y
verlos pasar por todos estos prejuicios que la escuela ha impuesto para cada
personaje es simplemente adorable.
“Muy bien, me atrapaste. Estoy secretamente obsesionado contigo y paso todo mi tiempo libre escribiendo sobre ti en mi diario. 'Querido diario, hoy Will fue un idiota por 467 ° día consecutivo. Es tan soñador.”
Incluso cuando Kate se ve sumida ante todas estas
situaciones catalogadas por ella como “lo peor que pudo haberme pasado en la
vida” lo comprendemos, porque ser adolescente es así, la autora nos hace sentir
adolescentes de nuevo con todos sus dramas y banalidades, pero al final nos
enseña una valiosa lección.
“Las cosas terminan. La gente deja. ¿Y sabes qué? La vida continua. Además, si no ocurrieran cosas malas, ¿cómo podrías sentir las buenas?”Creo que quiero leerlo de nuevo...
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